El sabor de Japón, el sabor del té

Siempre me ha atraído el mundo oriental, especialmente Japón, pero más aún desde me convertí en sommelier de té y tuve la oportunidad de descubrir las maravillas que este maravilloso país esconde a través de lo que ellos llaman: el camino del té.

El mundo del té en Japón, es un mundo cargado de arraigadas tradiciones. El té fue traído desde China en el año 700 por los monjes budistas y en aquel momento era un producto de lujo, consumido solo por nobles y sacerdotes, era su «forma de trascender lo mundano de la vida cotidiana». 

Los japoneses fueron adoptaron hábitos chinos y coreanos, hábitos que han ido refinando hasta convertirse en un arte sublime: el arte del té, expresado en términos de sentimiento, está muy relacionado con el pensamiento zen a través de estos cuatro elementos.caminos del té

Ceremonia del Té Japonesa

El termino «Ceremonia del Té» nació cuando los occidentales observaron los actos y movimientos que formaban parte de una ceremonia de té. Cada gesto esta meticulosamente medido desde hace siglos, transmitiéndose de maestro a discípulo.

¿En qué consiste una ceremonia del té Japonesa?

  • La llegada de los invitados. Colores tranquilos y terrenales, el olor y el sonido del fuego y del agua hacen que el invitado «limpie su corazón y su oído»
  • Calmar el hambre (kaisei). El anfitrión sirve una comida ligera, muy asociada a la tradición de los monjes zen de colocar una pequeña piedra en el bolsillo de su kimono, justo encima de su estomago, para mitigar la sensación de hambre. En la estancia se colocan flores, flores que no han de distraer, ni por su visión ni por su olor.
  • Koicha. El anfitrión limpia cuidadosamente los utensilios y prepara un «té espeso» (koicha). Cada invitado toma tres sorbos de té y pasa el cuenco al siguiente. De este modo se acentúa la sensación de unidad.
  • Usucha. El anfitrión prepara un usucha (té matcha menos espeso), un cuenco por invitado, utilizando el mismo cuenco para todos, de nuevo como símbolo de unidad.

Vivir el té desde Japón

Ya solo me quedan cinco días para mi aventura japonesa. Me voy a vivir y trabajar en una plantación de té, muy cerca de Kioto, capital del antiguo imperio japonés, lo que representa la tradición del auténtico Japón con una esencia única: más de 1.600 templos budistas y sintoístas, santuarios llenos de color, jardines sublimes, la visión fugaz de una geisha caminando por sus calles…

Creo que para entender la cultura del té hay que vivir dentro de sus tradiciones y costumbres, entender el arte de la contemplación y acercarse a la forma en la ellos entienden el té.

“Sostengo entre mis manos un cuenco con té; su tono verdoso es el reflejo de la naturaleza que nos rodea. Cierro los ojos, y en el hondón de mi alma encuentro las verdes montañas y el agua clara de los manantiales. Sentado en soledad, entro en el silencio y siento cómo todo ello se convierte en parte de mí” 
Sôshitsu Sen

japon_té

Solo espero de este viaje grandes aprendizajes, estoy segura que los obtendré, a través de los campos, de la camellia sinnensis, de los caminos que pretendo recorrer, de sus gentes y de los occidentales que, como yo, pretendemos acercarnos un poco más a este maravilloso mundo.

Sayōnara さようなら

Verónica Hegar Escrito por: